martes, 19 de julio de 2016

Yo

Yo

¿Homo sapiens?, ¿qué es eso?,
¿yo? Yo no soy eso,
yo, soy yo
¿Quien soy yo?
Soy introvertida,
y algunas veces divertida,
¿bipolar? Tal vez,
¿amargada? También.

¿No me entiendes?
yo tampoco lo hago,
¿que cómo hago?
simplemente:
me divierto,
me enojo,
extraño
amo,
vivo,
siento.

¿Qué como estoy yo?
Lo siento,
eso es un secreto
entre yo y mi pensamiento.


¿Cómo es eso?

¿Cómo es eso?

¿Cómo es eso? dime,
¿la luna me traerás?,
¿única me harás?,
¿llorar no me dejaras?
pues... lo que yo siento
no es lo mismo
y eso en que me convierte
¿cemento?
¿duro y gris?, ¿sin sentimiento?

Yo a ti te dejaría llorar
y aunque no sea a mí,
también amar
¿como es eso?
¿la luna es de queso?

Por ti viajaría sin dinero,
por ti abandonaría el cielo,
por ti me esmero,
por ti me celo.

¿Cómo es eso?
ah!, yo también te quiero.


Loco

Loco

Aquí soy yo el demente,
el que encerrado debe estar,
al que debieron estrellar
y aún esta consciente.

Mi locura no se vende
pa´l que la quiera comprar
porque no hay nadie más que la pueda atesorar
porque nadie entiende
que se siente amar.

Que irónico ¿no?,
que el feliz no lo sea
que irónico ¿no?
que el loco eso sepa,
y por ello no quiera
tener los pies en la tierra.


lunes, 19 de octubre de 2015

Amor de negro

El amor es un veneno
que puede ser letal
pero si sobrevives al dolor, serás inmortal
el amor es de negro, en mi caso tal vez
porque no tuve la suerte
de uno escarlata tener.

El veneno de mi corazón, alguien ayúdeme a quitar
no puedo más con este peso
que siento va a ser mortal
me considero en un entierro
en el que de negro van
el de rojo está muerto
en el cajón lo puedes observar
y, lastimosamente,
en este cuerpo no va a vivir más.

Aquel día…

Aquel día en la lluvia,
vi un joven pasar,
cuyo paraguas transparente
no había visto jamás

Perdida en su mirada,
me entregué a la calle
llena de fieras con ruedas
esperando para casi matarme

En aquella pesadilla
vi una pequeña luz:
no era la muerte, ni un ángel,
era mi príncipe azul
que, con heridas muy graves,
casi muerto lo veía
se preocupó en mí
y no en él,  que casi se moría.

Aquel día yo recuerdo
sus cálidas manos
que bajo la intensa lluvia
eran mi dulce manto
desde aquel día, su bella mirada
se concentró solo en mí
en la que por poco lo mataba, pero aún seguía allí
si no fuera por aquel día
yo no estaría aquí
gracias, Señor, por aquel día
en el que casi me morí
gracias, mi Dios, por aquel día
porque pude conocer la calidez de amar a alguien, que también me ama a mí.



lunes, 24 de agosto de 2015

Corazones Ardientes


Bajo un árbol de fantasía,
conocí mi sueño estelar:
sus ojos verdes,
su pelo negro
me hacen suspirar
como el viento primaveral.

Su valentía cual caballero
que llega en su negra armadura
para serle fiel a su dueña
con el que fue destinado desde la cuna.

Un hilo ardiente
protege nuestros destinos
nuestros destello tan segador
aleja  lo oscuro del camino.

Serás mío y seré tuya
por toda la eternidad
el juramento eterno de ese árbol
jamás se extinguirá.


Emprender, un paso hacia el éxito.


Recuerdo aquel día en que me dejaron abandonada frente a la iglesia de San Francisco de Asís: ese día, soleado y sin nubes, en menos de un instante, se convirtió en un día lleno de oscuridad; el sol, que parecía que iba a alumbrar eternamente, fue opacado por aquellas nubes oscuras, que, al parecer, sabían lo que mi madre trataba de hacer. Quedé atrapada en un profundo sueño, siendo despertada por las gotas de lluvia, frías, que caían del cielo. Estas provocaron mí disgusto, haciendo que mis lágrimas salieran de mis ojos y recorrieran mis mejillas para ser absorbidas por el manto que aun llevaba el perfume de mi madre. Mis llantos, tan fuertes como el ruido de un trueno, llamaron la atención del sacerdote que, en ese tiempo, estaba encargado de la iglesia. Me tomó en sus brazos e intentó animarme para que no derramara más lágrimas. Antes de llevarme dentro de la iglesia, miró a su alrededor para buscar a la persona que me había dejado allí. Todo fue en vano, ya que, mientras dormía, mi madre se alejó para nunca regresar. Aquel sacerdote me crió como si fuera su hija y me puso un nombre cuyo significado valía mucho para él: Angelus, Angelus Maidan.
Cuando tenía 5 años, le pregunté al sacerdote:
-¿Por qué tengo un nombre tan raro?
-¿Raro?, yo no le veo nada de raro. Tu nombre, pequeña, significa ángel en latín, porque tú eres un pequeño ángel, el ángel de esta iglesia-había respondido el sacerdote.
En ese momento, puse una gran sonrisa de satisfacción y aquel buen sacerdote se conmovió, quería conservar esa magnífica sonrisa, pero sabía que no podría ocultar la verdad por mucho tiempo, así que decidió contarme la triste historia de cómo me encontraron. Yo ya sabía la verdad, pero no sé porqué empecé a llorar y salí corriendo de la iglesia. Recuerdo que corrí hacia un parque comunitario, era muy lindo y me relajó muchísimo; luego, el sacerdote desesperado, me vio, y, se alivió tanto que se puso de rodillas y susurró “gracias, Señor”.
Desde ese día, he querido hacer un parque donde todos se puedan relajar y divertir, con espacios para picnic, con ciclo ruta, espacios para poder nadar y hasta arrendar un barco para que los enamorados tengan un momento inolvidable; además, quiero que las familias estén felices y unidas.
Le conté mi idea al sacerdote y me dijo:
-No sabía que querías emprender una idea como esa, pero me alegra que le des el bien a todo el mundo, esfuérzate.
-¿Emprender?-dije yo, que estaba confundida por esa extraña palabra, que, en ese entonces, no había oído nunca.
-Emprender significa comenzar una idea funcional, creativa y hacerla realidad. Algunas personas tienen como objetivo crear una empresa o un negocio.
-¿Empresa y negocio?
-Aunque las dos suenen igual, no lo son. La empresa es donde trabajan una o más personas que se dedican a seguir fines económicos o comerciales para satisfacer las necesidades de las personas y un negocio consiste en un método para obtener dinero a cambio de productos o servicios.
Aunque yo era una niña de cinco años, esas palabras no pudieron estar más claras.
Cuatro años más tarde, me centré en cómo hacer que mi sueño se hiciera realidad y pensé:
Tengo que conseguir un lugar perfecto que sea el apropiado para mi proyecto y negociar para que me lo dé lo más barato posible; también, en empleados y tratar de que algunas compañías de reciclaje me ayuden y, por último, un arquitecto para que me diseñe el mejor parque del mundo.
Cuando estaba a punto de graduarme, aprendí la historia del dinero y no me esperaba que el dinero fuese inventado y evolucionando por tantos años. Mi profesora de emprendimiento me lo contó, ya que vio mi entusiasmo en el parque  que quería hacer:
“Antes de la aparición del dinero, los intercambios se realizaban mediante el sistema directo de una mercancía por otra, este sistema se llama trueque. Este método limitaba enormemente la posibilidad de realizar transacciones, pues se requería una coincidencia de necesidades al mismo tiempo.
Las primeras formas de dinero que se dieron en la historia fueron muy diversas, desde granos de cacao, vino o la sal (de donde proviene el término salario).
Con posterioridad, se crearon las monedas, cuyo valor nominal, garantizado por el sello del gobernante, dependía del peso de metal. Poco a poco, se llegó la moneda cuyo valor intrínseco es inferior al valor nominal o facial.
El origen del dinero papel se data en la actividad de los orfebres durante la edad media. Estos artesanos disponían de cajas de seguridad en las que guardaban sus existencias. El orfebre, simplemente, extendía un recibo prometiendo devolver al depositante sus pertenencias.”
Aunque la historia fue interesante, debo admitir que fue un poco aburrida y no se me quedó casi nada gravado, pero, luego, me lo imaginé en una obra de teatro y me la aprendí sin darme cuenta.
Cuando fui a la universidad, aprendí mucho sobre cómo manejar el dinero y las diferentes formas de pago:
Tarjetas plásticas, débito automático, cheque, cajero automático, cuenta integrada, entre otras. Aunque era emocionante, no podía dejar de pensar que hubiera sido mejor que dejaran el trueque, ya que sería más fácil de responder en el examen y no tenía que gravarme tantos nombres y definiciones, pero, menos mal, que el sacerdote que cuidó de mí, me enseñó un juego para estudiar: el canta y gana. Era muy divertido, había que cantar lo que tenía que estudiar y si ganaba el examen, te ganabas un premio. Y, aunque ya era grande para esos juegos, los sentía divertidos y podía estudiar mejor.
-Damas y compañeros, con ustedes la linda Angelus Maidan-me presentó el sacerdote.
-Esta canción se llama “Formas de pago actuales”
Las letras de las canciones eran horribles y no rimaban, pero me ayudaban a estudiar perfectamente por el ritmo y, por supuesto, pensar en el premio.
-Las tarjetas plásticas son un medio de pago personal intransferible que suele ser utilizada de la misma forma que el dinero en efectivo. El débito automático es una operación que previa autorización del cliente, a que sus facturas sean debitadas automáticamente el día de su vencimiento de su cuenta de corriente, caja de ahorro o tarjeta débito. El cheque es un orden de pago librado contra un banco, en el cual el librador tiene fondos depositados a su orden en cuenta corriente o autorización para girar en descubierto o emitir cheque con fecha diferida. Cajero automático es una máquina expendedora usada para extraer dinero, utilizando tarjeta de plástico con banda magnética o chip.
Como era de esperar, me saqué la máxima calificación y de regalo toda la iglesia aportó para regalarme un… ¡un auto!
Seis años después, empecé a trabajar en mi proyecto, pero era más difícil de lo que pensé; entonces, por alguna extraña razón, la cabeza de una familia rica me ayudó, me pareció un poco extraño, pero no tenía opción, así que acepté.
Fueron ocho largos años y el proyecto estaba terminado. Para la ceremonia de abertura, vino el señor Gabriel Márquez, la cabeza de la familia Márquez, una familia rica y prestigiosa, la que me ayudó con mi proyecto. No sé por qué, pero me parecía familiar.
Al terminar la ceremonia, todo el lugar se llenó de gente y, al fin, mi sueño se hizo realidad; con lo que ganaba, le ayudaba a la iglesia y era muy feliz, hasta que el señor Márquez murió y me dejó una carta que cambio mi vida. Esa carta decía que yo era su sobrina y que mis padres se vieron obligados a dejarme, ya que los estaban amenazando; lastimosamente, murieron en un avión que se dirigía a Canadá. Además de su disculpa, agregó que yo era la futura cabeza de la familia. En ese instante, lloré, peor que aquel día en el que mi difunta madre me abandonó.

Después de haberlo superado, enfrenté mi destino y me hice la cabeza de la familia; más tarde, encontré el amor en un pequeño restaurante, un mesero para ser más específica y aunque Federico Castro se enfadaba por que ganaba más que él nos terminamos enamorando, tanto así que nos acabamos casando y teniendo una hermosa familia, con dos hermosas hijas Lisbeth y Carolina, las que ahora tendrán su aventura en la vida donde todo lo que hay que hacer para ser feliz es emprender una idea y buscar a alguien con quien seguirla.